Autor: Silvia Sancho
Editorial: Phoebe romántica
Año de publicación: 2018
Número de páginas: 374
Precio aproximado: 17€
Género: Romántica Adulta
Tapa: tapa blanda con solapas
Sinopsis: Una boda. Un montón de chupitos. Un Porsche aparcado en una calle oscura. El mejor amigo del novio. El hombre con el que no debía acostarme. El que iba impecablemente vestido con un traje gris y una camisa blanca almidonada. El dueño de unos ojos verdes que hablaban más que su irresistible boca. El socio más joven de su despacho de abogados. El mejor hombre con el que he estado en la cama. Una locura. Las huellas de mis uñas en el salpicadero de su coche como prueba. Un problema de los grandes. Él era inalcanzable. Yo estaba rota.
(Contiene spoilers de la primera parte)
Hace más de un año, en el camping donde trabaja temporalmente durante la época estival, Natalie conoció a Dani. Era el mejor amigo de Asier, el profesor de tenis del camping con el que había hecho muy buenas migas. Y con Dani también las hizo. ¡Vaya que si las hizo! Pero después de una de las mejores noches de su vida, despidió a Dani de su cama y de su vida. No quería tener nada que ver con él a parte de lo que ya había tenido. Y Natalie no repetía. Nunca. Sin embargo, el chico de los ojos verdes estuvo presente en su cabeza durante todos los meses que siguieron hasta la boda de su querido amigo Asier y que la que se había convertido en una de sus mejores amigas, Lara. Obviamente, coincidieron. Cada uno iba por parte de uno de los novios, pero acabaron sentados en el mismo asiento del coche de Dani después de la celebración. Uno encima del otro. Un polvo para el recuerdo, pensó Natalie. Con lo que ella no contaba era con que reapareciera el sentimiento que le abrumó aquella noche en el camping, ese puñetero "algo más" que sobrepasaba al sexo y que ni entendía ni tenía ganas de intentarlo.
Tenía muchas ganas de leer este libro porque la primera parte de la serie, El verano que aprendimos a volar, me ayudó muchísimo el pasado agosto cuando estaba pasando por un bloqueo lector bastante importante. Así que imaginé que con este libro ocurriría algo parecido y que no me decepcionaría. Y así ha sido.
Como en la primera parte de la serie, los capítulos suelen ser cortos. Eso me gusta mucho, porque además la gran mayoría están conectados unos con otros, es decir, la escena se queda con puntos suspensivos al acabar un capítulo y continúa exactamente en ese punto en el siguiente. Esto provoca que no puedas dejar de leer para saber qué va a pasar a continuación. Pero una cosa que cambia y que me ha gustado mucho es la presencia de más capítulos narrados desde el punto de vista masculino. Asier apenas contaba con cinco en toda la novela, mientras que los de Dani se cuelan cada cuatro o cinco de Natalie. A veces incluso menos. Me ha gustado muchísimo poder conocer a Dani en primera persona, lo que hace, lo que dice y lo que piensa realmente, sus reflexiones y cómo vivió él según qué situación con Natalie.
La narración de la autora me ha enganchado mucho. Si ya me gustó el desenfado y la forma tan cercana y coloquial de dirigirse al lector en el libro de Lara y Asier, aquí eso se multiplica por tres, por lo menos. Supongo que tiene que ver con que Lara es menos bruta hablando que Natalie y en esta historia la autora se ha metido en la piel de la segunda. Pero el caso es que hay más guiños al lector, más complicidad; formarnos parte de la historia.
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“[...]
—¿Te dolía mucho?
—Un poco. En caliente no era exagerado, pero me chutaron de lo lindo porque, por lo visto, estaba rozando la histeria.
—Bonita palabra —dijo con ironía—. La misma que llevan utilizando los misóginos del mundo décadas y décadas para calificarla exaltación emocional femenina.”
—Un poco. En caliente no era exagerado, pero me chutaron de lo lindo porque, por lo visto, estaba rozando la histeria.
—Bonita palabra —dijo con ironía—. La misma que llevan utilizando los misóginos del mundo décadas y décadas para calificarla exaltación emocional femenina.”
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Como ocurre en todas las series, los que era secundarios en un libro son los protagonistas en este. Y esa norma también se aplica aquí. Así que os voy a hablar de ellos un poco:
Como ocurre en todas las series, los que era secundarios en un libro son los protagonistas en este. Y esa norma también se aplica aquí. Así que os voy a hablar de ellos un poco:
Natalie no me dijo demasiado en El verano que aprendimos a volar. Bien porque aparecía poco o porque no le hice caso. Pero como protagonista es maravillosa. Ha superado a Lara con creces. Y eso que esta última me acabó ganando. Pero Nat (yo le puedo llamar así, que hay confianza. Vosotras no), es una de esas protagonistas que se cuela dentro de ti y se gana un hueco muy especial. Es una tía muy fuerte emocionalmente, y decidida. Es burra como ella sola porque el filtro mente boca lo lleva regular. Pero aunque ese filtro funcionara bien, daría igual. Su forma de hablar es bruta por naturaleza, y muy, muy divertida. Tiene una mala leche de cuidado, eso hay que tenerlo en cuenta. Y, bueno, un pelín de orgullo del malo, de ese que habla por ti en las ocasiones menos indicadas, también. No quiere ningún tipo de relación con un chico que no sea meramente sexual, y, si la situación se pone intensita, como diría la propia Natalie, ya tiene ella sus trucos para volver a encauzar el encuentro y alejar el sentimentalismo.
Dani es su compañero de reparto en esta segunda parte de la serie. Él tampoco sale mucho en el libro anterior, y eso ha hecho que vaya prácticamente de nuevas. Pero me ha encantado. Más que Asier. Dani es abogado, el más joven de su bufete. Es un hombre formal, serio, profesional y que prefiere no improvisar en la medida de lo posible. Sin embargo, ha ido a encoñarse de la tía más impulsiva y alocada que ha conocido a lo largo de sus veintinueve años de vida. Él tiene todo lo que quiere en la vida, excepto con lo que cuentan su mejor amigo Asier y su, ahora mujer, Lara. Les envidia por tenerse el uno al otro y a él también le encantaría tener a una persona al lado que le quisiera y a la que querer, con la que tener una complicidad especial que no se tiene con nadie más que con tu pareja. Y, aunque lleva cosa de un año con novia, no ha podido olvidar a la chica que le puso el mundo patas arriba el verano pasado. Conectaron. Lo sabe. Pero ella lo echó casi a patadas y él reaccionó con su mala leche habitual, que aparece cuando le tocan la moral. Pero desde que se reencuentran en la boda de Lara y Asier, esa sensación, ese "algo más" que sintió el año anterior, vuelve con más fuerza que nunca. Y no parece que vaya a desaparecer fácilmente.
Ni tampoco va a ser fácil acercarse a Natalie. Su relación me ha encantado, de verdad. Porque aunque parezcan polos opuestos, tienen a favor su carácter fuerte y sus diferentes tácticas para salir de una situación determinada. Que Natalie le vacila, Dani usa su ingenio para darle la vuelta al comentario y devolverle la pelota. Y así se pueden pegar tardes enteras. Demostrado. Eso me ha gustado mucho. Parece que al ser Dani un chico tan "ordenado" emocionalmente hablando se quedará paralizado con el huracán Natalie. Pero resulta ser todo lo contrario. De hecho, a él le encanta que ella se ponga chula, le intente tomar el pelo y sus más que habituales salidas de tono. Y, por raro que pueda parecer, a ella le encanta que él se ponga borde y le suelte algún comentario que le deja plantada en el sitio cuando se pasa de la raya con sus vaciles. Se complementan como pocas parejas que he leído.
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“—¿Alguna vez has tenido la sensación de haber perdido tanto que ya nada podrá ser igual? ”
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Los personajes secundarios que aparecen en esta segunda entrega son los protagonistas de la primera: Lara y Asier tienen apariciones en este libro, como para no, pero me hubiera gustado que salieran más. Otro personaje que tiene más importancia que ellos pero con el que no he terminado de congeniar es Greta, la mejor amiga de Nat. Si hay una tercera parte de la serie seguro que la protagoniza ella, y no estoy segura de que me apetezca leerla. Sergio, el otro amigo del trío que forman él, Asier y Dani también tiene alguna aparición fugaz. Y repito lo que he dicho con Greta:
en una tercera entrega casi seguro que él la acompañaría.
Otra cosa que me ha maravillado y con la que no contaba en absoluto en un libro romántico con esta alta dosis de humor ha sido ir descubriendo diferentes reivindicaciones y momentos visibilización de los derechos de la mujer a lo largo de todo el libro. Es un tema superimportante para la trama, tanto que es el conflicto que Natalie arrastra hasta el final, y me ha parecido que está tratado estupendamente.
El final, si soy sincera, me ha sabido a poco. Después de todo el libro, esperaba algo más. Me he quedado con ganas de algún capítulo más, o de que el epílogo fuese diferente.
En fin, que me ha gustado mucho, mucho, mucho. Es mi mejor lectura en lo que llevamos de año, y me ha hecho ponerme muy tonta en plan moñas, y eso no es bueno porque ahora soy una adicta en busca de más amor. ¿Recomendaciones?
En resumen: La locura de saltar contigo es una prueba más que tira por la borda el dicho "Las segundas partes no son buenas". Con una protagonista maravillosa con la que las risas están aseguradas y con la que descubrimos que los golpes del pasado nos cambian sin remedio, y con un joven que rompe el estereotipo al que se asocia a los hombres responsables y profesionales, vivimos una historia de amor que empieza siendo un molesto "algo más" y que se convierte en una de las más bonitas que he leído.
¡Hola! Yo no leí el anterior pero me alegra que esta segunda parte te haya gustado tanto. Un besote :)
ResponderEliminar¡Hola!
EliminarPues te recomiendo las dos partes de la serie. Ojalá las leas y las disfrutes.
Un beso:)