Libro: 1/3 (serie, no trilogía)
Autor: Jana Aston
Editorial: Alfaguara
Año de publicación: 2016
Número de páginas: 352
Precio aproximado: 17.95 €
Género: New Adult
Tapa: tapa blanda con solapas
Sinopsis: Sophie siempre ha elegido al chico equivocado. ¿Gay? ¿Pervertido? Hecho y hecho. Ahora no puede dejar de fantasear con uno de los clientes de la cafetería donde trabaja después de clase, Luke. No será más que un inofensiva fantasía, ¿verdad? Lo que Sophie no imaginaba es que acabaría viendo a Luke fuera de la cafetería, que sería él quien le recetaría los anticonceptivos mientras ella estaba en su consulta, tumbada en una camilla cubierta por una simple bata de papel y que él sería su médico. ¿Y si resulta que el hombre con el que Sophie ha tenido sus fantasías más escandalosas acabara siendo cualquier cosa menos el chico equivocado?
Sophie es una joven universitaria que está cursando su último año. Viene de una familia desestructurada, ya que no conoció a su padre y su madre murió cuando ella tenía dos años, habiéndose quedado embarazada en su adolescencia. Sophie se ha criado con sus abuelos maternos, a los que adora.
Actualmente está trabajando en una cafetería del campus, donde a conocido a su amor platónico: Luke. Ella no ha tenido mucha suerte con los hombres puesto que su primera y única pareja, después de dos años de relación, le confesó que era gay. Así que para Sophie fantasear con ese hombre mayor al que atiende todas las mañanas es algo que le gusta mucho. Lo que no le gusta tanto y le hace sentir culpable es que piense más en ese cliente habitual de la cafetería que en su actual novio, con el que está dispuesta y a punto de perder la virginidad. Por eso acude al ginecólogo, para que le recete la píldora diaria y así poder mantener relaciones con su novio sin peligro. El problema llega cuando, sentada en la camilla del médico, con una bata semitransparente como única prendas de ropa y prácticamente despatarrada, aparece Luke, su ginecólogo.
A esta historia debería de haberle dado menos nota de la que le di, para que os voy a mentir. Pero, pese a los incontables fallos que luego os comento abajo, no me ha dejado una sensación de cabreo, de estar enfadada con el libro, con la autora y con el mundo. Esto no me pasaba con una novela romántica desde julio del año pasado que leí Valeria al desnudo. Con todos los demás libros del género he acabado enfadada. Puede que haya sido porque no tenía expectativas con esta historia. El caso es que no acabé mal, fue más bien una sensación de indiferencia.