¡Hola, chicos!
El verano ha llegado a su fin. ¿Qué tal lo habéis pasado?
Yo por mi parte he podido leer un total de ocho libros. Son bastantes más de los que suelo leer durante el año pero ya os dije que si juntáis el verano, las novelas románticas y a mí, sale esto.
Julio empezó bastante mal y me dio miedo que el resto de mis lecturas fueran así, pero afortunadamente he tenido alguna lectura buena que compensa un poco todo lo demás.
La primera fue una novela que gané en un sorteo. Di por casualidad con el blog de la autora, vi que tenía activo un sorteo y me animé a participar. Y me tocó.
Vida en pausa es la ganadora del IV Premio de novela romántica de la editorial Kiwi. Pero a mí no me ha gustado.
Voy a intentar hablar con el mayor cuidado y respeto de esta historia. No es lo mismo comprarme un libro, leerlo y reseñarlo por mi cuenta, a que lo gane en un sorteo de la propia autora. Es todo como más cercano y me siento incómoda haciendo una mala crítica.
Para empezar lo primero que me llamó la atención fue la forma de escribir de Laura. Usa muchísimos sinónimos, o palabras con significados similares, para referirse a los personajes. Pocas veces los llama por su nombre, la mayoría de las veces usa sus profesiones o la relación que hay entre ellos. Esa es una de las razones por las que a veces me perdía y no sabía de quién hablaba.
Tampoco me he creído la relación romántica que hay. Dos personas que han estado enamoradas la una de la otra toda la vida en secreto, se separan cinco años y cuando se vuelven a juntar, empiezan a salir desde ese mismo momento. No es creíble.
Bueno, eso. Que no me ha gustado. La parte buena es que el libro es ameno y divertido, así que no cuesta nada leer las cerca de 500 páginas que tiene.
2/5
NO CREO QUE HAGA RESEÑA