Año de publicación: 2019
Número de páginas: 335
Precio aproximado: 2.99€ (versión digital)
Género: Romántica Adulta
Tapa: Versión digital
Sinopsis: Hana odia gimnasia, al señor Sagarra y su mote. Pero, sobre todo, odia su suerpo. Así que lucha contra él. Lo castiga, lo lleva al límite y comienza una guerra en la que se cree vencedora, sin saber que en ese juego nunca gana nadie. Víctor y Gabi adoran sus vidas, sus fiestas y su independencia. Pero, sobre todo, adoran a Hana. Seguramente, más de lo que es recomendable para los tres. Al menos, si quieren seguir siendo amigos...
Este libro ha sido la lectura conjunta que he leído durante el mes de mayo con el mismo grupo de Instagram con el que ya leí Mantendré las luces encendidas para ti. Lamentablemente, en esta ocasión el resultado ha sido bastante más negativo.
Hana es una adolescente con sobre peso que sufre bullying de sus compañeros de instituto, incluso de la que creía su amiga. Un día, harta de sufrir y sentirse humillada y menos válida todo el tiempo, entra en un terreno peligroso como es dejar de comer y provocarse el vómito si al final termina pecando.
Años después, Hana se muda a Madrid para empezar la carrera de periodismo en la universidad. Y es ahí donde conoce a Gabi y a Víctor, dos amigos de toda la vida que terminan por aceptarla en su reducido círculo hasta convertirse en algo más que amigos. ¿El qué? Ninguno lo tiene claro. Pero lo que sí saben es que no pueden permitirse perder la amistad que los une por algo que acabaría haciendo daño al otro.